CUANDO LO “DIVERTIDO” DEJA DE SERLO: DESINHIBICIÓN, SEXO COMPARTIDO Y CONCIENCIA EN EL MUNDO SWINGER
En el mundo swinger, buscar algo que te ayude a soltarte puede parecer inofensivo, incluso necesario. Pero lo que una noche parece emocionante puede convertirse en una pesadilla al día siguiente. Ahí es cuando empiezan las dudas y las lagunas. Todos necesitamos relajarnos a veces, sí, pero no es lo mismo hacerlo en cualquier situación que cuando vas a tener encuentros íntimos con terceros.
Como en todos los ámbitos sociales, hay elementos externos que invitan a desconectar. Forman parte de la vida social, del ocio, de las fiestas… pero no todas las situaciones son iguales, y no todos los contextos admiten el mismo grado de desconexión. Y en el sexo compartido, especialmente, esa desconexión puede costar muy cara.
Porque cuando se trata de lo íntimo, los sentidos son lo más importante que tienes. Son tus aliados para mantener el control de lo que ocurre a tu alrededor, para estar en sintonía con tu pareja... y contigo mismo. Si no estás completamente presente, el riesgo se dispara: puedes dejar de protegerte, de cuidar lo que haces y a quién tocas. No sabes si la persona que ahora te toca estuvo antes con otra sin lavarse las manos, o si está transmitiendo algo… o si lleva puesto el preservativo, o incluso se lo quita sin que te des cuenta.
Y lo que parecía algo muy divertido se puede convertir en una pesadilla.
Y si no estás preparada o preparado, y crees que necesitas algo externo para poder tener estos encuentros, entonces quizá debas ir más despacio. No es el momento. Antes de entrar en un entorno tan intenso, debes darte el tiempo de estar emocionalmente en equilibrio. Si tu cuerpo o tu mente necesitan un “empujón” para entrar en el juego, tal vez no sea el juego adecuado en este momento de tu vida.
Lo que parecía libertinaje consentido, sin las condiciones emocionales adecuadas, se transforma en una peligrosa falta de conciencia.
Carlos Nieblas autor